Editado por: Eliana Galvis (901)
En la pintura modernista, las figuras y patrones decorativos, como flores, hojas y formas naturales, se convirtieron en una especie de "alfabeto visual". Estos elementos repetidos en obras de arte sirven para evocar sensaciones de belleza, serenidad y hasta misticismo, como una forma de lenguaje simbólico.