SAL Y DULCE
- Liseth Mejia Enciso
- 6 abr
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Escrito Por: Juana Otalora 1101
Cuando te vi quedaste impregnado en mí,
Como el perfume que en la piel queda fiel,
Ese hombre que a su mujer siempre ha de proteger,
Marcó en mi corazón un sueño por nacer.
Días han pasado,
Mi alma te ha anhelado,
Pero esa mezcla entre sal y dulce,
Me enseñó a ser devota al Señor
En mi entender, esperar el amanecer
Y encontrar al que siempre quise ver.
Sentada aquí,
En mi alma guardo calma,
Cómo las nubes que aclaran el cielo azul,
Sin prisa y sin error, pues el amor es paciente, bondadoso,
y protector así lo dice Dios.