Academic Exemplars
"PALABRAS NO DICHAS: UN AMOR EXTRANJERO"
Por: Nicoll Fonseca y Natalia Molina (902)
No sé cuántas veces he intentado escribir sobre él sin éxito, Las palabras tropiezan una contra otra y no logran existir fuera de mí.
No quiero nombrarlo porque amar es nombrar y lo que siento por él no es opuesto al amor, pero no es cercano al amor tampoco. Es un sentimiento extranjero. Rabia y agradecimiento.
No puedo escribir su nombre Sin que me arda la mano, ni pensar en su cuerpo sin arrepentimiento. Quisiera que no fuera así y decir que todo
pasó por algo, que tal vez esa historia formaba parte de mí desde siempre. Pero es falso. No soy capaz de hablar de las múltiples maneras en las que me destrozó para Siempre. No soy capaz de explicar cómo, después de él. me costó trabajo entender que su amor no necesariamente es el primer amor. Que enamorarse es y será siempre eso que me pasó a su lado. Pero que amar es mejor.
Es en lo que no escribo sobre él, donde guardo algunos de mis dolores más profundos: lo que se siente cuando el amor no es capaz de tocar al
otro, la parte del cuerpo en la que duele el rechazo, el sabor que queda en la boca cuando ves a la persona que amas besar a alguien más.
No soy capaz de pronunciar su nombre, porque hablar de él sería hablar de mí.
EL PESCADOR Y SU TRUCHA
(Anónimo)
Al tiempo noté que nuestra relación era bastante peculiar; no era la relación de hermanos que se apoyan, juegan y comparten entre ellos (que así creían los demás), ni la relación de hermanos que simplemente no pueden convivir, ni tampoco era una relación abusador-victima.
No era así.
Las cosas con él eran distintas.
Era como si… yo fuera una trucha para él, una cual cazar, y él fuera un pescador, uno con la estrategia de engañar: Amarrar y luego soltar, haciéndole creer que es libre, pero luego volver a amarrarle y jalonear, todo hasta cansarle y dejarle a merced del pescador.
Esa parecía ser nuestro tipo de relación, dolorosa pero feliz, y yo, la trucha, estaba por agotarme y dejarme a merced.
Nuestra relación era agridulce para mi: Momentos dulces, divertidos, el buen sentir de su forma peculiar de hablar y de opinar, sus gustos y las cosas divertidas que solo él me enseñaba; pero, luego hacía estas cosas dolorosas, me trataba mal, cuestionaba mis gustos, me tocaba, insinuaba cosas y a veces intentaba grabarme desnuda a escondidas…
Lo peor es que no he podido soltarme de este lazo; la trucha ha caído tan bien en la trampa que ya no puede escaparse y dejar el anzuelo.
Y me pregunto una y otra vez ¿Cómo llegue aquí? Y ¿Cómo llegue a este punto? Este punto en el que me siento asfixiada y amarrada respecto a mis decisiones.
Y si bien hay variedad de soluciones y cualquier persona normal diría: “Denúncialo” o “Coméntale a alguien que pueda ayudarte” Una vez que estas en esta posición, se siente imposible.
Entre más cercana la “trucha” al pescador menos podrá escapar, o así se siente. El miedo que sientes te controla, más en estas situaciones, controla y daña, enloquece y asfixia.
He llegado a un punto en el que no puedo hacer más que pensar y preguntarme ¿Qué pasa si…? Cuestionó todo, mis acciones, mis decisiones y más.
Debo admitir que he desarrollado el miedo irracional constante de que mis acciones le provoquen, que le inciten o algo por el estilo, no puedo evitar culparme por esto, pues yo también hice parte, yo agarre el anzuelo en un principio.
Sin embargo no hay salida, no hay nada por hacer y no hay nadie en quien pueda confiar para sacarme de este anzuelo.
FIESTA VERBAL
Por: Alejandra Lozano y Luis Álzate (601)
"¡Bienvenidos a la clase musical!
Hoy vamos a bailar y aprender sobre los modos verbales,
¡Prepárense para cantar y moverse!"
"En el modo indicativo te cuento la verdad,
Es lo que es, es la realidad.
Yo estudio, tú hablas, él canta una canción,
Así decimos las cosas con precisión."
"Pero hay más que decir, otros modos por descubrir,
¡Prepárate para el ritmo, que los verbos van a fluir!"
"¡Modos verbales, ven a bailar!
Indicativo, subjuntivo, imperativo en el lugar.
Conjugaciones, ¡qué gran canción!
Vamos a cantar, ¡es la lección!"
"El subjuntivo es un sueño, es duda y emoción,
Expresa deseos, temores, y mucha imaginación.
Ojalá que tú vengas, que todo pueda pasar,
Todo lo que imaginamos, en el mundo del soñar."
Instrumental con solo de sintetizador o guitarra, variación rítmica.
"¡Ven a la fiesta, verbos a bailar!
En modo indicativo o en subjuntivo, sin parar.
Imperativo manda, ¡no puedes fallar!
Conjugaciones en el ritmo, ven a disfrutar."
"El imperativo manda, da órdenes sin dudar,
¡Hazlo ahora mismo, ven, no te vayas a escapar!
Cierra la puerta, haz la tarea, ven aquí,
Es el modo de mandar, es así, sí, sí."
"Indicativo es la realidad, subjuntivo es el sueño,
Imperativo es el comando, ¡los tres modos tienen su dueño!
¡Vamos a unirlos todos, en esta fiesta verbal,
Canta con nosotros, ¡es el final!"
"¡Modos verbales, no pares de bailar!
Indicativo, subjuntivo, imperativo, sin cesar.
Conjugaciones unidas en esta canción,
Canta y aprende, ¡es nuestra lección!"
"Gracias por bailar y cantar,
Con los modos verbales ya sabemos más.
¡Hasta la próxima, sigue aprendiendo,
Y con ritmo sigue siempre creciendo!"
AGOTADO
Por: Victoria Sarmiento – Isabella Mogollón (601)
Nada por allí nada por allá
Nada que decir nada que explicar
Hoy no me van a dar los modos
Nada que mostrar nada que aprender
Nada que estudiar nada que juzgar
Tantas clases tantas materias
¡Qué tienen tanto para enseñar!
Tanto que estudiar, tanto que estudiar
Porque es cierto que me siento agotado de todas las clases que recibo hoy
Y en el fondo solo busco poder entender las clases que recibo hoy
Siento el poder de estudiar sin ser juzgado
Cuando nadie se fija en mi es cuando sé que aprendo
No soy indicativo
Ni el imperativo
No estudio por placer si no por necesidad
Como el subjuntivo: impredecible
Y cabo imperativo de la trinchera de mis rimas
Suplicando: ¡Deja de gritar!
Puede ser verbal puedo ser ficción
solo indicar solo ordenes
Porque es cierto que me siento agotado
de todas las clases que recibo hoy.
ESCRITO SIN “A”
Por: Laura Molina 902
En un mundo donde el sol y su luz presente generó reflejos sobre un río que fluye sereno. Los niños corren por este mundo lleno de flores, riendo muy contentos con el momento que viven; todos poseen un refugio dulce y sereno donde conviven juntos su tiempo. En el horizonte se oye un murmullo de un ser distinto, que no se escuchó antes; este ser generó un ruido hipnótico. El cielo, sin nubes, se tiñe de un tono celeste, profundo y perfecto. Todo es un ciclo, un ciclo sin fin, bello y perfecto; los sonidos no mueren y el silencio se pierde, pues siempre el tiempo corre y no se detiene.